Una sociedad del Bien Común permite a todas las personas

  • interactuar unos con otros con tolerancia y respeto mutuo por la diversidad y los diversos estilos de vida
  • definir sus valores personales, establecer sus metas individuales, encontrar su identidad y desarrollar todo su potencial
  • desarrollar sus talentos y habilidades y, de esta manera, ayudarlos a contribuir al Bien Común de manera significativa y cooperativa
  • participar activamente en la política, tomar decisiones democráticas y ayudar así a dar forma a nuestro futuro

El futuro que elegimos: una economía alineada con valores éticos

La Economía del Bien Común contribuye a una cultura del buen vivir en una civilización pacífica y sostenible. Este se caracteriza por la convivencia humana, la confianza y el aprecio, una fuerte cohesión social y los derechos humanos básicos.

El modelo económico de la EBC será referencia académica, cultural y social, y habrá sustituido al modelo económico neoclásico en menos de dos décadas.

La producción de bienes y servicios, así como el consumo mayoritario utilizarán de manera habitual los criterios EBC, sustituyendo al lucro como motor económico. El Balance del Bien Común (Balance BC) se consolidará como lugar de encuentro con las diversas corrientes de economía socialmente responsables como la economía social, la economía colaborativa, economía circular y otras.

En menos de dos décadas las instituciones político-administrativas habrán interiorizado los valores de la EBC y de las demás corrientes de economía socialmente responsables, y podrán utilizar el Balance BC como marco y herramienta de seguimiento de su gestión.

Ines y Abel Vision y valores

La economía al servicio del bien común

La economía sirve al Bien Común y ya no simplemente a la acumulación de dinero y capital. Las desigualdades en ingresos, riqueza y poder se mantienen al mínimo. El consumo de recursos naturales permanece dentro de la capacidad regenerativa de los ecosistemas naturales y los límites planetarios. Las generaciones actuales y futuras disfrutan de igualdad de oportunidades.

La actividad empresarial creativa conduce a soluciones innovadoras para el Bien Común. Se desarrolla en diferentes tipos de organizaciones dentro de tamaños razonables. Las empresas cooperan inteligentemente y contribuyen a estructuras resilientes.

Vivir con dignidad es posible para todas las personas en una economía del bien común. El trabajo es significativo y tiene lugar en una multitud de ámbitos, como empresas privadas, empresas de propiedad pública, cooperativas, bienes comunes, en el hogar y en servicios de voluntariado.

La libertad adquiere un significado más profundo. Las personas no solo pueden dar forma a sus propias vidas, sino también diseñar colectivamente el orden económico, financiero y comercial. El desarrollo interior personal recibe la misma atención que el entorno exterior. Las personas se liberan de la compulsión malsana de consumir constantemente, acumular capital y crecer económicamente.